Con el concepto de dimensión social nos referimos a aquella característica natural del ser humano que nos permite las relaciones e interacciones con otros individuos. Esto es algo fundamental para entender el comportamiento humano y nuestra actitud en sociedad.
¿Por qué es tan importante? A continuación te vamos a explicar algunas razones.
Índice del artículo
Necesidad de pertenencia
Los seres humanos, por naturaleza, tenemos una necesidad de pertenencia, ya que somos seres sociales que dependemos de otros para la supervivencia.
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Los grupos sociales a los que podemos pertenecer varían a lo largo del tiempo y en función de nuestras circunstancias personales: la familia, amigos, comunidades locales o grupos de intereses compartidos. Todos ellos son fundamentales para nuestra salud mental y emocional.
Mejorar nuestro aprendizaje y desarrollo personal
La relación con estos grupos genera la oportunidad de mejorar nuestro aprendizaje y desarrollo personal. Nos regimos por normas y relaciones que influyen en nuestro carácter y en nuestra manera de actuar con los demás.
Identidad personal
No solo es importante la relación con el entorno, también el desarrollo de nuestra identidad personal. Gran parte de ella se forma a través de interacciones sociales y, las opiniones y expectativas externas, en cómo nos vemos a nosotros mismos.
Necesidad de apoyo emocional
La necesidad de apoyo emocional, a través de las relaciones sociales, puede ayudarnos a afrontar situaciones difíciles y a mejorar la confianza en nosotros mismos y en los demás.
Contribuimos al conjunto de la sociedad
Nuestra involucración y cooperación en actividades sociales permiten la construcción de un conjunto más fuerte y cohesionado.
Muchos filósofos a lo largo de la historia han tratado este tema desde diversos puntos de vista. El concepto de dimensión social se ha explorado desde tiempos de la antigua Grecia hasta la filosofía contemporánea.
De hecho, Aristóteles (384-322 a.C.) definió al ser humano como un animal social por naturaleza. Platón, en su obra La República, destaca la armonía entre los individuos para alcanzar el bien común. Rousseau y Marx también realizaron contribuciones significativas al análisis de la dimensión social del ser humano.
En conclusión, el proceso de socialización consiste en el desarrollo como individuos de nuestras capacidades cognoscitivas y mentales, las cuales se perderían sin ese estímulo social.
Indudablemente, estas capacidades son esenciales para la formación de nuestra identidad individual y social, pues nos permite adaptarnos a la comunidad y poder vivir así en sociedad.
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